Escrito por el día del joven combatiente, el paco muerto y el salvajismo indómito!

Cadenas que como aves vuelan sobre los cables, la oscuridad reina, y los lobos; salvajes como son danzan alrededor del fuego abrazante.

Botellas encendidas que como luciérnagas iluminan junto a la luna la temible respuesta que acaece ante tal agresión. Explotan… Como furiosos volcanes que arrasan a los verdes blindados. La bruma que cae y se esparce por las calles con el pasar de las horas, camanchaca que nos ciega; un zorrillo traicionero nos asfixia y lloramos; lloramos por la rabia, lloramos por los muertos, lloramos contentos, lloramos en rebeldía, lloramos por los gases.

Y la luna no apacigua esta tormentosa velada; la observa con desdén; pero aún observa, pues la luna siempre verá lo que el sol no pudo ver. Como gatos sobre tejados vivimos la agitación, ajetreados nos movemos hacia cada esquina; ahora las luciérnagas se marchan, los volcanes siguen con su incesante e iluminante furia, las avispas van en busca de su mortal ataque, ataque el cual, tras cada disparo procuran incrustarse en aquellos miserables cráneos.

Las pistolas gritan, las avispas se disparan al ataque y los atraviesan, mientras que la noche sigue en pleno apogeo. Los verdes blindados rompen en llanto, para luego huir por sus vidas.

La luna ya se marcha, los lobos en jaurías aúllan con regocijo, los volcanes, aves, gatos, luciérnagas y avispas danzan juntos y victoriosos mientras el caos se desata en las esquinas.

Un paco ha muerto, y las balas aún vienen de vuelta.

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